Sigo sin entenderlo. Digan lo que digan, pongan los argumentos que pongan sobre la mesa, sigo sin entenderlo. Me niego a hacerlo. No por cabezonería: yo tengo razón, el resto no. Es así. De nada vale que se agarren a la calidez del sol, al frescor del mar, al retiro y descanso de las vacaciones... No son ésos argumentos válidos, no...