Como cualquier otro día de otoño, arrebató al perchero el grueso abrigo rojo que utilizaba para protegerse del frío que invadía las calles. No odiaba esa estación del año, al contrario; le encantaba tener que enfundarse en ropa voluminosa que la hacía sentir confortable. Minutos antes, había terminado de hablar con su madre que, como a menudo hacía, no había podido esperar...
Lucía pensó que con nueve años no sería lo más adecuado colarse en la habitación de sus padres a medianoche. Recordaba todavía a una docena de familiares en la celebración de su comunión diciendo “ya eres toda una mujer”, “qué mayor es nuestra Lucía ya”. Por eso no podía ponerse en evidencia metiéndose entre las sábanas de sus padres como una...