Sedentario apátrida
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Sedentario apátrida
Siendo
oficio como arte
Tiene un
poeta grandes penas
Librándose
de lo físico
Guarda en
pecho mayor condena.
No tiene
horarios ni turnos
Tampoco
se rasga las manos
Y eso que
araña profundo
En su
alma, desde temprano.
Miradas,
sobre él se ciernen
Desconfiadas,
mas envidiosas
Por poder
volcar en blanco
Todo
aquello que lo acongoja.
Es vida,
tal vez sufrible
Y es el
sufrir, muestra de vida
La poesía
tiene ese don
De
mostrar lo que en ella anida.
Es poeta
y es esclavo
De las
inquietudes del mundo
Guarda a
veces sin saberlo
De los
enfoques, el profundo.
Tiene su
puesto en el mundo,
Y sin
prestigio de doctores
Es
importante que exista
Como ayo
de los corazones.
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