Sin perdón

12:36


    Sigo sin entenderlo. Digan lo que digan, pongan los argumentos que pongan sobre la mesa, sigo sin entenderlo. Me niego a hacerlo. No por cabezonería: yo tengo razón, el resto no. Es así. De nada vale que se agarren a la calidez del sol, al frescor del mar, al retiro y descanso de las vacaciones... No son ésos argumentos válidos, no si uno quiere defender seriamente una opinión. Que el verano es la mejor estación del año. Me río yo de esa declaración y de quienes se manchan la boca vomitándola año tras año. Ceguera, una ceguera infame es lo que les induce a caer en una afirmación tan estúpida, una falta de visión que los obliga a permanecer en la superficie de las cosas. Típico, sobre todo, de los adultos. Quienes más culpables de ello se deberían de sentir. Un niño, a fin de cuentas, no se va a detener a pensar en todo lo que esconde una época tan sombría, tan engañosa. Él solo tiene que preocuparse de que su madre o su padre lo unten bien de crema, de que su madre o su padre consientan en dejar que se bañe en el mar o en la piscina, de que su padre o su madre lo dejen libre un rato más en la verbena del pueblo de los abuelos. Pero, ¿ellos? Cómo pueden los padres afirmar que el verano... Cómo diablos pueden tener la osadía de hacerlo.


    El verano quema las pieles de todas aquellas almas confiadas que se tumban para que el sol incube en ellas el cáncer que complicará sus vidas, el verano lanza con regocijo a la carretera a millones de personas que conducen desesperadas por llegar en primer lugar al vestíbulo del hotel, por pisar cuanto antes el porche de la casa en la montaña. El verano, consciente e intocable, obliga a todos los ingenuos a refrescarse con cócteles que carcomen hígados, vísceras y células que encuentren a su paso... Cómo puede alguien atreverse a decir, tan solo decir, en voz alta, que el verano es la mejor época del año. Una de las grandes mentiras de la sociedad, de la humanidad. Yo odio el verano. Lo odio más de lo que pensé que podría llegar a odiar algo. Si mis padres estuviesen aquí, sé que tendría que discutirlo con ambos. Después de todo, ellos eran de los de querer llegar los primeros al hall, al porche de la casa rural, a la primera línea de la playa. Solo que aquel verano no llegaron. Yo sí. Cómo lo odio.

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1 comentarios

  1. Buenas tardes. Te he visto comentar en la sección seamos seguidores, pero no encuentro la iniciativa en tu blog, así que te dejo por aquí mi comentario. Te sigo desde http://eltiempoliterario.blogspot.com.es espero que te pases :)
    Nos leemos ^^

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