He puesto Drama y España bien juntos de manera intencionada, pero porque me ha parecido de lo más adecuado tras la lectura de esta novela (al margen de eso, ha cuadrado así el encabezado). Lo que más llamativo se me hace es utilizar precisamente la palabra drama para hacer referencia al género. Sigo sin saber con seguridad, un mes después de haber alcanzado la última página de esta obra, si se trata de una novela dramática o no. Es decir, lo es, sin duda, por su contenido, por la historia esbozada y por el intenso retrato que resulta ser. Pero, desde luego , no es un drama al uso. Ni en términos de relato, ni en términos de estructura. Lo que puedo adelantar desde este momento es que es una novela espléndida.

Rafael Chirbes, escritor valenciano que ya había llamado mucho la atención (en lo referente a aquellos que no son ratones de biblioteca) con su obra Crematorio, adaptada posteriormente en formato de serie televisiva, se luce con En la orilla. Seguramente no era ese su objetivo primordial, pero al trabajo que ha terminado moldeando no se le puede negar el protagonismo de su calidad literaria. Chirbes no ha tenido miedo a la hora de experimentar con la escritura para dar pie a una historia que hiela la sangre, que provoca escalofríos, y todo lo hace sin recurrir a un thriller terrorífico como nos puede hacer creer tras leer las primeras páginas de la novela. Porque ahí está la primera gran jugarreta del autor.

En la orilla comienza con una voz narrativa que parece abrirnos las puertas de una historia policíaca, de misterio, un La isla mínima encuadernado y plasmado en tinta. Pero no es más que un espejismo, el engaño dura lo que ocupan las páginas del primer capítulo. Luego, desaparece de un plumazo. No hay historia de intriga, no continúa ese narrador tan de género. Empieza entonces la verdadera historia y, lejos de respirar con más calma, el aliento se entrecorta con facilidad.

No quiero hacer un resumen o esbozar una sinopsis de la novela para que nadie se haga la idea equivocada por mi culpa. Prefiero que las pocas directrices y las muchas sensaciones experimentadas que pueda esbozar aquí sirvan como aliciente para acercarse a la librería del barrio o a la biblioteca municipal con afán de preguntar por este título. Merece la pena destacar algunos símbolos que el escritor utiliza de manera magistral para construir el relato. Como es el caso del paisaje. Una naturaleza transformada por la acción (principalmente, la económica) del hombre. La orilla a la que se hace referencia en el título es la de un pantano, lugar este concebido como el espacio para la suciedad, la putrefacción, la corrupción (palabras todas con más de una acepción). Precisamente, En la orilla se refiere al rechazo al pantano, puesto que meterse en él significaría el fin, pero del que no es posible escapar en otra dirección, porque no hay salida.

Otro de los elementos fundamentales para comprender y valorar esta obra es de aspecto narrativo; los puntos de vista y las voces que utiliza. Se trata de un narrador omnisciente que se vale de pensamientos, de distintas voces, de apoyaturas... Es una narración de omnisciencia selectiva múltiple. Nada fácil de construir sin que el lector se pierda o sienta rechazo. Pero Chirbes lo hace con mucho pulso, por fortuna para todo lector.

En la orilla ha cosechado prácticamente todos los premios habidos y por haber en nuestra geografía, desde el Premio Nacional de Narrativa hasta el Premio Francisco Umbral, pasando por el Premio Icon. La crítica ha sido unánime, a pesar de lo desgarradora que es la historia y de la imposibilidad de que un retrato social guste a todos por igual, sobre todo si es de un fiero carácter crítico. Muchos han sido los que la han señalado como "la novela definitiva sobre la crisis". Pero muchos otros, con los que comparto opinión, se han preocupado por matizar que es una definición demasiado pobre para la obra que Chirbes ha escrito.

Valoración: 8