La novela para entender (o descubrir) el universo de Vila-Matas

12:28

Dublinesca, Enrique Vila-Matas. 2010. Narrativa contemporánea. Seix Barral.

Enrique Vila-Matas es uno de esos escritores con universo propio, construido con su particular pulso y su talento narrativo. Y por universo propio se puede entender que la totalidad de su obra está interconectada; la intertextualidad (tan célebre en la literatura contemporánea) es uno de los rasgos definitorios en los trabajos de este autor catalán. En sus últimas obras se pueden encontrar alusiones (veladas en mayor o menor medida) a aquellas más lejanas en el tiempo. Pero no solo se llena de referencias a su propia narrativa, sino que se vale de un sinfín de recursos que involucran a otros autores, o músicos, o pintores, o artistas en definitiva, que entremezcla con otros ficticios, jugando con desenvoltura a confundir al lector sobre qué personajes son o han sido reales, y cuáles surgen de su poderosa inventiva. 

Dublinesca es casi un funeral, un ritual de despedida, o un homenaje directo y profundo al mundo de la literatura, tal y como lo conocíamos. Es la historia de Samuel Riba, un editor literario retirado, que se considera a sí mismo el último editor verdadero, y que se siente perdido desde que dijo adiós al trabajo de su vida. Un día tiene un sueño premonitorio que desde entonces no lo deja en paz: en él, aparece abrazado a su mujer en la entrada de un bar de Dublín, llorando y sintiéndose el centro del mundo. Por eso, convence a varios compañeros para que lo acompañen a la ciudad donde el Ulysses de Joyce es un corazón que no ha dejado nunca de latir.


No es necesario hacer mucho hincapié en que esta es una novela para amantes de la literatura, no solo para quienes gozan con un libro entre manos, sino también para aquellos que no pierden pie en la actualidad editorial, quienes sienten inquietudes por todo aquello que tenga que ver con las historias plasmadas por escrito. Vila-Matas no solo hace un ejercicio redondo a la hora de componer el argumento, sino que colma la obra de diferentes recursos que la convierten en una pieza muy notable. Utiliza el tiempo presente en la narración para ofrecer cercanía, por ejemplo, apoyándose en el personaje de Samuel Riba, pero hasta tal punto que la narración resulta indefinida, difuminada. Uno está tan cerca que la vista se emborrona, y la sensación es tan atractiva como sorprendente. 

La ciudad de Nueva York tiene una gran relevancia en la novela, hueso principal que lo vertebra casi todo. Nueva York supone para Riba la oportunidad de reinventarse; está visto como el centro del mundo, desde donde partir. Lo que debe descubrir el personaje, o reconocerse, es hacia dónde debe partir. Ulysses es otra pieza esencial del esqueleto, la novela referencia de esta novela. Dentro de los propios recursos que Vila-Matas utiliza en la obra, muchos son guiños al libro de Joyce. Uno de los más claros, el estilo indirecto libre del narrador. 

Pero no solo las tácticas y técnicas narrativas y metaliterarias son lo destacado de Dublinesca. El tema es de lo más valiente y directo. Hace referencia clara a la muerte del autor en el siglo XXI. Va a ser el lector quien construya al autor. Lo demás tendrá que ver con el capitalismo y la crítica literaria (y aquí, de nuevo, aparecen grandes referencias como Barthes o Foucault). Esto es precisamente algo que viene desde Francia, por eso el personaje protagonista necesita dar lo que él llama el "salto inglés", ya que hasta entonces era considerado un editor más bien afrancesado. Todo ello tiene que ver con que Francia era el centro cultural y de edición, pero Inglaterra (e Irlanda también; el mundo anglosajón, en definitiva) era de donde provenían los autores, quienes escribían. Esto casa con la gran obsesión de Riba: encontrar a su "autor". Su jubilación está marcada por el fracaso (así lo considera él) de no haber encontrado a un escritor único; ha publicado a grandes autores, pero todos ya descubiertos, no ha logrado destapar ante el mundo a una mente brillante.


Por supuesto, dentro de la profundidad creada por Vila-Matas en esta novela, no faltan su habitual sentido del humor y el gusto por la autoficción. La historia destila ironía con mucho acierto y soltura, y eso sacude algunas tensiones vertebradas alrededor de esa espera tan angustiosa por momentos: la resultante de la búsqueda eterna del descubrimiento del autor. Con todo esto, Dublinesca es una novela que merece la pena tanto para aquellos enamorados del escritor barcelonés, como para quienes gozan de una lectura habitual o adoran todo aquello que tenga que ver con el mundo de la literatura. Según el nivel de atención y el calado con que se lea, más capas podrán descubrirse en la obra con la que el autor ha realizado un excelente ejercicio narrativo.

Valoración: 8

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