¡Que vienen, que vienen!

13:08

Pues sí, mañana es el gran día. O, mejor dicho, la gran noche. Nuestra particular alfombra roja se desempolva para que sobre ella tenga lugar el desfile de glamour que, para algunos, es lo único que interesa de tal evento. Pero virtuosismo de modistas aparte, vamos a lo que realmente importa de esta señalada fecha. Porque en esta 29ª edición de los premios Goya, hay mucho contenido importante a valorar, y mucho artista que aplaudir.


Posiblemente esta sea una de las celebraciones más completas de los últimos años. Porque ha sido el año más taquillero en la historia del cine español, y eso en medio de una etapa de crisis (global y audiovisual, o eso estamos cansados de escuchar). Mañana habrá dos películas que se batirán en duelo partiendo de un nivel que está por encima de las demás. Son La isla mínima y El niño, con diecisiete y dieciséis nominaciones, respectivamente. Casi nada. Pero no son las únicas que optan a acaparar toda la luz de los focos principales, porque se ha colado una pequeña maravilla en el acto (pequeña por su reducido presupuesto, el mismo que parecía haberla condenado a pertenecer al submundo indepediente que tan minúsculo se le ha quedado): Magical Girl, con 7 nominaciones. Y, para añadirle todavía más intensidad al asunto, aparece Relatos Salvajes con 9 nominaciones. Todo esto teniendo en cuenta que la película más exitosa de la historia de nuestro cine, Ocho apellidos vascos, se ha quedado fuera de la gran mayoría de premios principales. ¿Que no parece suficiente? Pues resulta que otras joyas menores también optan a hacerse su propio hueco en la gran noche, como puede ser el caso de 10.000 km o Loreak, entre otras.

En cuanto a lo que será la gala en sí, tenemos algo de miedo metido en el cuerpo. Normal, después de que nos hayan confirmado que habrá número musical (y no pudiendo olvidar algunos antecedentes). Pero hay que confiar en que este año de buena salud para el cine en España, la gala que en cierta manera celebra tal rendimiento tiene que estar a la altura. Tenemos que conceder alguna confianza a Dani Rovira, que ha demostrado saber hacer reír sobre un escenario (más incluso que en la gran pantalla). Mientras las horas no avanzan, lo que podemos hacer es una quiniela, jugar a las artes adivinatorias. Y, de paso, hacer un pequeño recorrido por lo que el cine nos ha brindado en esta ocasión. Vamos a comprobar si vuestros presagios u opiniones guardan algún parecido con los míos:


(Quiero advertir que, por desgracia, mi tarjeta de crédito padece de anemia y no ha podido asumir el coste del visionado de todas las películas. No, no he pirateado ninguna; directamente algunas no las he visto y, en consecuencia, mi opinión no puede extenderse a todas las categorías y trabajos)














1. Mejor actriz revelación: Natalia Tena. Es una de nuestras actrices más mediáticas, aunque curiosamente no en nuestra tierra (al menos por el momento). Puede presumir de haber participado en la archiconocida serie Juego de Tronos, y en la saga cinematográfica de Harry Potter. No obstante, como la nominación demuestra, en nuestro cine es casi una desconocida a la que le toca dejar de serlo. Su papel en 10.000 km es humano y cercano, y de lo mejor de la película.

2. Mejor actor revelación: Dani Rovira. Seguramente sea mejor monologuista que actor, pero en Ocho apellidos vascos ha asumido el reto de debutar rodeados de buenos intérpretes, logrando un hito tal como el de ganarse con su gracia a millones de espectadores.

3. Mejor actriz de reparto: Goya Toledo. Ha llegado el momento de que alce al fin una estatuilla que vaya a juego con su nombre. Las actuaciones de Bárbara Lennie y Mercedes León son elogiables, pero sus personajes no dan todo el juego que podrían haber dado. Carmen Machi se hace de querer con su papel, pero ahí se queda la cosa.

4. Mejor actor de reparto: José Sacristán. He tenido que quedarme con uno porque es lo que toca, pero cualquiera de los cuatro nominados ha hecho méritos para que su nombre resuene en todo el Centro de Congresos Príncipe Felipe. Debo admitir cierta inclinación ante cada actuación que nos regala Antonio de la Torre, pero el personaje de Sacristán es mágico, único, y su interpretación es de sobresaliente. Por lo tanto, un galardón más para la carrera de un actor que está viviendo una segunda etapa dorada.

5. Mejor actriz protagonista: Bárbara Lennie. Aquí no admito discusión alguna. La señorita se sale, engatusa y hechiza a cualquiera que se ponga a ver Magical Girl. Tiene competidoras dignas, eso también es cierto, pero es difícil hacer algo mejor que lo que ella nos ha brindado con su 'otra Bárbara'.



6. Mejor actor protagonista: Javier Gutiérrez. No quiero tirar para la tierra, pero todo parece indicar que el gallego será el que se lleve el gato al agua. Y compitiendo ni más ni menos con nombres como el de Ricardo Darín (que, como de costumbre, está a un nivel maravilloso, pero su relevancia en el total de Relatos Salvajes debería ser insuficiente para proclamarse como mejor protagonista).

7. Mejor guion original: Carlos Vermut. La historia que ha creado este prometedor director gana a las demás en imaginación y atrevimiento. Puede no gustar o interesar a un público masivo, pero desde luego la apuesta es arriesgada y el resultado final muy decente.

8. Mejor guion adaptado: Anochece en la India / A Esmorga. Pues sí, qué cobarde que soy. Incapaz de elegir entre una de estas dos obras. Obras, en todo caso, con mucho esmero puesto y limitado presupuesto (lo que ensalza todavía más lo primero). Será una alegría que cualquiera de las dos resulte ganadora.

9. Mejor dirección: Alberto Rodríguez. Es complicado decidirse por uno en esta categoría. Lo que ha hecho Monzón es un curro de quitarse el sombrero y arquear la espalda, innovando incluso en algunas técnicas de rodaje con las escenitas de los helicópteros que quitan hasta el hipo. Vermut también ha hecho un trabajo redondo y admirable, al igual que Szifrón. Pero Alberto Rodríguez no se ha quedado atrás, ni mucho menos. Su trabajo de dirección en La isla mínima ha elevado incluso un escalón más el nivel general del resto de nominados. Y, además, le va tocando llevarse este Goya.

10. Mejor película: La isla mínima. Ha sido una de las sorpresas del año, y ya ha cosechado demasiadas distinciones como para que su triunfo en los Goya nos coja por sorpresa. Un trabajo muy cuidado en cada uno de sus aspectos. Actuaciones sobresalientes, guion enigmático y atractivo (si bien no extremadamente original), y una fotografía y efectos visuales impresionantes, entre otras cosas. Todas sus competidoras son dignas, ninguna está en la lista por casualidad o tufillo a tongo. No este año. Pero esta película tiene alguna papeleta más que sus meritorias rivales para alzarse con la ansiada estatuilla.

Tal vez mi tendencia a ser gafe estropee los reconocimientos que estos artistas y proyectos deberían llevarse mañana, pero estas son mis humildes previsiones. Tan importantes y fiables como las de cualquier otro. Pero hechas y pensadas con devoción. Y, lo que verdaderamente importa, con admiración tras haberle dedicado mi atención y confianza al cine hecho en España en el último año. Como la situación lo merece.


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