Calentando para los Goya

11:40

Ayer, día 7 de enero, se conocían las nominaciones a los Goya 2015. A muchos, que decís adorar el cine, os importan poco más que un pepino caducado (¿puede caducar un pepino?) estos premios. Estamos en España, no nos olvidemos, y aquí quejarse es algo fundamental. Sobre todo, si se trata de algo que uno prácticamente desconoce. Por eso, frases como "Si es que el cine español apesta a rancio", "La gala de los Goya me recuerda a mi cuñado contando chistes en la cena de Nochebuena" o "Yo cuando vi que el escote de Blanca Suárez era muy discreto, cambié de canal" no fallan; lo dicho, mientras se trate de quejarnos, no dejamos pasar la ocasión.

Pero, guste más o guste menos, los premios Goya componen la única fecha, la única noche, en que el séptimo arte cobra un mínimo de importancia de aspecto mainstream en nuestro país. Y el cine, si tanto decimos adorarlo y disfrutarlo, hay que cuidarlo. Por eso merece la pena prestar nuestra atención a las producciones que, a lo largo del año, han tenido lugar; a los proyectos que han salido adelante sin naufragar en el intento. Porque (muchos sí que no lo sabéis) llevar una película hasta una sala de cine conlleva un proceso exhaustivo que, por desgracia, en ocasiones se derrumba a mitad de camino. Así que hagamos un esfuerzo entre todos, y concedámosle un pedazo de nuestra atención (ya si nos sentimos dadivosos, un pedazo de nuestro aprecio) a los trabajos cinematográficos españoles del pasado año que, además, han tenido un nivel particularmente plausible.



En esta edición de los Goya, la número 29, hay un poco de todo, lo que resulta genial. Hay grandes producciones (dentro de las posibilidades de nuestro propio mercado, aunque películas como El Niño están a un nivel rayano con el de Hollywood), pero se han colado trabajos menos convencionales, más independientes, en el bombo de las favoritas. Y eso es motivo de celebración y despiporre. Pero, antes de entrar en plena materia de la gala que tendrá lugar el próximo 7 de febrero, quiero haceros un pequeño apunte al respecto de lo que he mencionado unas líneas antes.

He dicho que sacar adelante un proyecto cinematográfico no es sencillo. Y es una verdad muy grande, a veces muy pesada. Para quienes adoráis el cine pero no lo conocéis por dentro (y estáis en vuestro derecho a permanecer en la ignorancia si así lo queréis; yo lo hice durante unos cuantos años), una película surge del chispazo de una mente creativa. El llamado guionista, con esa chispa que le ha chamuscado las neuronas, hace un trabajo de fondo y da pie al guión: una historia singular con una estructura compacta, llena de muchos otros matices. Luego toca vender ese guión, lo cual puede resultar más difícil que confiar en pescar una carpa dentro de un estanque seco. Pero, una vez vendido el trabajo escrito a una productora, a esta le toca llevar a cabo la complicada tarea de buscar socios y, luego, de elaborar la planificación adecuada. Todo esto lo explico muy, muy por encima: no quiero aburriros, pero hay muchos factores que hacen este proceso largo y, a veces, agotador (para que os hagáis una idea, desde que un guión es vendido hasta que la adaptación cinematográfica del mismo llega a la gran pantalla, pasan unos 2-3 años habitualmente). Ya sabéis que existen los ensayos, la grabación, el montaje, la distribución. Sin olvidar que hay un sinfín de personas trabajando y poniendo su parte de trabajo para dar forma al resultado final: productores, directores de casting, encargados de vestuario, maquillaje, sonido, montaje, fotografía... Es por eso que estos premios merecen nuestra atención, en ellos pueden tener algo del reconocimiento que merecen muchos profesionales que, a menudo, suelen pasar desapercibidos como tales.


Y después de esta ligera verborrea, con afán instructivo, toca ir al grano. Este año ha sido histórico en nuestro cine, y también lo será en la edición de estos premios. Histórico porque ha roto los récords de asistencia a las salas de cine, gracias principalmente al acontecimiento estrella: Ocho apellidos vascos. Sin embargo, esta se ha caído de las nominaciones principales. ¿Por qué? Porque el nivel, este último año, ha puesto difícil jugar al Limbo sin partirse el lomo. Histórico también porque La isla mínima, de Alberto Rodríguez, opta a 17 premios, algo que ninguna película había conseguido anteriormente. Y El Niño, de Daniel Monzón, le pisa los talones, optando a 16. Así de caliente está la cosa. Pero, además, al premio de Mejor Película optan otros tres fenómenos muy a tener en cuenta: Relatos Salvajes, Magical Girl y Loreak.

De Magical Girl ya hablé en un post la semana anterior, porque dentro de los riesgos que corre una película así a la hora de optar a premios mediáticos, estaba claro que tenía que irrumpir con peso en estas nominaciones. Si no habéis leído esta entrada, os la recomiendo (vagos, aquí tenéis el enlace: Crítica de Magical Girl).

En cuanto al resto de favoritas, tengo en mente publicar alguna entrada al respecto en los próximos días si es de vuestro interés. Interés que podéis mostrar mediante comentarios en el blog, por ejemplo, o por medio de señales de humo e, incluso, ejerciendo de primos hermanos de Sandro Rey y entrando en contacto con mi mente. Perded el miedo a hacerme sentir que os interesa lo que escribo y mostrad vuestras opiniones y sugerencias. Queda un mes para la gala, para ese momento flamante y repleto de nervios para muchos profesionales. Hasta entonces, sería bueno ir calentando poco a poco. Ver algunas de las producciones, no solo las principales, sino cualquiera que tenga una nominación, o cuya candidatura se haya quedado a las puertas. Por ejemplo, en la categoría de Guión Adaptado aparecen nominados los títulos de A Esmorga (sí, estoy tirando hacia miña terra galega) o Anochece en la India: dadle una oportunidad a ambas.


Recordad que el cine es para los espectadores. Y todos os habéis sentado al menos una vez en la vida en la butaca de una sala. Así que sois parte de esto, no os quedéis al margen. Dadle el soplo de aire, por una vez, que esta profesión se ha ganado recibir. Atreveos, entonces, a decir que no se hace cine de calidad por estas tierras.

You Might Also Like

2 comentarios

  1. Sería interesante una reseña sobre a adaptación de A esmorga

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Suscríbete, comparte, opina.